La hemimelia fibular es una deficiencia longitudinal congénita de
las extremidades caracterizada por la ausencia pacial o completa del
peroné. La prevalencia de la enfermedad se estima en 1/50.000. En
algunos estudios se ha descrito un predominio en hombres, pero en otros
casos se describe una distribución por sexos equitativa.
Dos tercios de
los casos presentan afectación unilateral, con el peroné derecho
afectado más frecuentemente que el izquierdo. La agenesia de ambos
peronés ocurre raramente. La HF puede variar desde una ausencia parcial
de peroné, con apariencia de extremidades aparentemente normal (10% de
los casos), a ausencia total de peroné con acortamiento grave del fémur,
tibia curvada, arqueamiento de las piernas, inestabilidad de la
articulación de la rodilla y del tobillo, y un déficit significativo de
los tejidos blandos. La deficiencia funcional principal está provocada
por la diferencia en la longitud de las piernas, en los casos
unilaterales, o por enanismo asimétrico en los casos bilaterales.
La magnitud de la
deformación tiende a incrementarse con el crecimiento por una importante
limitación de crecimiento dentro del hueso afectado. En ocasiones, la
HF se asocia con el acortamiento congénito de fémur. Pueden darse otras
anomalías esqueléticas. En raras ocasiones,
la HF se asocia a malformaciones esqueléticas: anomalías del ojo como
anoftalmia o anomalías de la cámara anterior del ojo, anomalías
cardíacas, displasia renal, trombocitopenia, esquisis toracoabdominal,
espina bífida y, muy raramente, déficit intelectual. La deficiencia
fibular es una de las manifestaciones del síndrome fémur-peroné-cúbito, y
puede estar presente en algunos trastornos asociados a anomalías
cromosómicas.
La etiología de la enfermedad no está clara.
Probablemente, la deformación está provocada por interrupciones durante
el periodo crítico del desarrollo embrionario de las extremidades, entre
las semanas 4 y 7 del embarazo. Como posibles causas se han sugerido:
disgenesia vascular, infecciones virales, traumatismos, así como
influencias ambientales. En un porcentaje
muy pequeño de casos se ha descrito un historial familiar con un modo de
herencia autosómico dominante y una penetrancia incompleta.

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